.jpg.jpg)
Delicada, sensual, femenina. Eunice Castro fue presentada en la Argentina como “la ex del novio de Susana Giménez”, sin embargo, a fuerza de talento, belleza y personalidad, en un año de arduo trabajo, adquirió nombre propio. “Llegué con esa mochila en la espalda, y la acepté porque ya hacía más de tres años que me había separado de Jorge Rama, pero sabía que venía a demostrar lo que sabía hacer”, le dice a CARAS en la intimidad de su nuevo departamento en el bario Las Cañitas, donde hace poco se mudó, luego de un 2008 de recorrer hoteles, todos muy elegantes, pero hoteles al fin. En cambio, ahora decora su casa, estratégicamente ubicada muy cerca de su hermana Janice, que también vive en Buenos Aires. El año que pasó fue de notable crecimiento para la ex participante de “Bailando por un sueño”, pues las cualidades que allí evidenció, le abrieron las puertas de la actuación, cuando Gerardo Sofovich la contrató para su espectáculo “Varieté para María Elena”, en el Tabarís, sobre la mismísima calle Corrientes: “Mi relación con Gerardo siempre fue buena, pero me sorprendió que me llamara de nuevo. El ya lo había hecho hace varios años, y no se dio porque recién había pasado todo lo mediático de mi separación con Jorge Rama, y me sentí insegura, como que no iba a poder con el medio argentino”.
—Pero ya en “Bailando...”, tuvo una fuerte discusión con Gerardo y el resto del jurado...
—Sí, me peleé con todos. Una tiene esos estados explosivos dentro del programa, porque no hay tiempo para pensar y como hay muchas cosas en juego, las emociones
están a flor de piel.
—Sin embargo, aquella vez jamás alzó la voz.
—me enojo fácilmente, pero no soy autoritaria. Tanto en lo laboral como en lo personal, al principio me callo, pero voy juntando hasta que, al final, exploto y digo todo lo que pienso.
—¿Qué cambios se produjeron en Eunice desde que vive en Buenos
Aires?
—Crecí desde el punto de vista artístico, porque hacía mucho tiempo que no bailaba, y volver a hacerlo me hizo sentir más segura profesionalmente. Y en lo personal, aprendí a no amargarme por cosas que no podía manejar. Antes me afectaban los rumores, que los tomaba como una agresión porque no eran verdad.
—El éxito profesional siempre es bienvenido, pero ¿considera que llegó tarde en su vida?
—Este es un momento especial, pero desde que empecé mi carrera de modelo fui creciendo y cada etapa la viví como un éxito. Obviamente hay un antes y un después a partir de “ShowMatch” y la obra de teatro, donde con Aníbal Pachano hicimos una unión perfecta, pero también valoro muchísimo mis quince años de desfiles, o cuando egresé de la escuela y entré a la compañía de ballet.
—¿Qué es lo que más valora de usted?
—Mi personalidad, que trato de disfrutar al máximo. No olvido el pasado, pero vivo y disfruto el presente. Y en lo físico, me agradan mis piernas y mi espalda ancha, que me sirvieron para ser mannequin de Alta Costura.
—¿La razón por la que conserva su cuerpo natural es porque le teme a las cirugías, o se debe a una cuestión estética?
—Se combinan ambas cosas. No podría tener un cuerpo demasiado exuberante. Soy muy alta y mi contextura corporal es importante y no puedo hacerme muchas cirugías, aunque no descarto la posibilidad de algún retoque para más adelante.
—¿En dónde?
--(Se sonroja). Tal vez en las lolas...
La mayor dificultad que debe afrontar Eunice, es vivir en dos países al mismo tiempo. Su cuerpo y energía están en la Argentina, pero sus afectos habitan en Uruguay y todo lo que se diga en Buenos Aires, estalla en la otra orilla del Río de la Plata. El problema
no es profesional, sino personal: más exactamente, en sus relaciones sentimentales, pues luego de su noviazgo con el periodista Martín Sarthou, inició una relación con el abogado Alejandro Balbi, divorciado y padre de dos varones adolescentes.
—¿Cómo se conocieron?
—Alejandro es un abogado muy importante en Uruguay, a quien ya conocía de antes, aunque la primera vez que me senté a hablar con él fue a partir de un problema judicial que tuve en 2007, cuando me hackearon la cuenta de Hotmail y empezaron a enviar emails a todos mis contactos, como si los escribiera yo. Ahí fue la primera vez que hablamos, y después siguió como mi abogado ayudándome en todos mis contratos.
—¿En ese momento todavía estaba de novia con Martín?
—Sí, pero en aquel entonces no pasó nada, y cada uno estaba en lo suyo.
—¿Alejandro y Martín son amigos?
—No, son conocidos, y fue Martín quien me indujo a llamarlo, pero yo lo conocía por su capacidad profesional y lo hubiera contratado de todas maneras.
—¿Cuándo terminó con Martín y cuándo comenzó a salir con Alejandro?
—Me separé en septiembre y en diciembre empecé con Alejandro. Pero él no tuvo nada que ver con mi ruptura con Martín, nuestro problema ya venía de antes...
—¿Cómo nació el amor entre ustedes?
—Estábamos hablando por temas laborales y se dio de “sopetón”. Fue algo imprevisto que nos sorprendió. Además de ser mi abogado, Alejandro también era mi confidente en muchas cosas personales, y contándonos nuestras historias, nos encontramos.
—¿Está enamorada?
—Yo soy muy sentimental, pero en esta etapa de mi vida pienso mucho las cosas y me cuesta abrirme.
—Pero ya en “Bailando...”, tuvo una fuerte discusión con Gerardo y el resto del jurado...
—Sí, me peleé con todos. Una tiene esos estados explosivos dentro del programa, porque no hay tiempo para pensar y como hay muchas cosas en juego, las emociones
están a flor de piel.
—Sin embargo, aquella vez jamás alzó la voz.
—me enojo fácilmente, pero no soy autoritaria. Tanto en lo laboral como en lo personal, al principio me callo, pero voy juntando hasta que, al final, exploto y digo todo lo que pienso.
—¿Qué cambios se produjeron en Eunice desde que vive en Buenos
Aires?
—Crecí desde el punto de vista artístico, porque hacía mucho tiempo que no bailaba, y volver a hacerlo me hizo sentir más segura profesionalmente. Y en lo personal, aprendí a no amargarme por cosas que no podía manejar. Antes me afectaban los rumores, que los tomaba como una agresión porque no eran verdad.
—El éxito profesional siempre es bienvenido, pero ¿considera que llegó tarde en su vida?
—Este es un momento especial, pero desde que empecé mi carrera de modelo fui creciendo y cada etapa la viví como un éxito. Obviamente hay un antes y un después a partir de “ShowMatch” y la obra de teatro, donde con Aníbal Pachano hicimos una unión perfecta, pero también valoro muchísimo mis quince años de desfiles, o cuando egresé de la escuela y entré a la compañía de ballet.
—¿Qué es lo que más valora de usted?
—Mi personalidad, que trato de disfrutar al máximo. No olvido el pasado, pero vivo y disfruto el presente. Y en lo físico, me agradan mis piernas y mi espalda ancha, que me sirvieron para ser mannequin de Alta Costura.
—¿La razón por la que conserva su cuerpo natural es porque le teme a las cirugías, o se debe a una cuestión estética?
—Se combinan ambas cosas. No podría tener un cuerpo demasiado exuberante. Soy muy alta y mi contextura corporal es importante y no puedo hacerme muchas cirugías, aunque no descarto la posibilidad de algún retoque para más adelante.
—¿En dónde?
--(Se sonroja). Tal vez en las lolas...
La mayor dificultad que debe afrontar Eunice, es vivir en dos países al mismo tiempo. Su cuerpo y energía están en la Argentina, pero sus afectos habitan en Uruguay y todo lo que se diga en Buenos Aires, estalla en la otra orilla del Río de la Plata. El problema
no es profesional, sino personal: más exactamente, en sus relaciones sentimentales, pues luego de su noviazgo con el periodista Martín Sarthou, inició una relación con el abogado Alejandro Balbi, divorciado y padre de dos varones adolescentes.
—¿Cómo se conocieron?
—Alejandro es un abogado muy importante en Uruguay, a quien ya conocía de antes, aunque la primera vez que me senté a hablar con él fue a partir de un problema judicial que tuve en 2007, cuando me hackearon la cuenta de Hotmail y empezaron a enviar emails a todos mis contactos, como si los escribiera yo. Ahí fue la primera vez que hablamos, y después siguió como mi abogado ayudándome en todos mis contratos.
—¿En ese momento todavía estaba de novia con Martín?
—Sí, pero en aquel entonces no pasó nada, y cada uno estaba en lo suyo.
—¿Alejandro y Martín son amigos?
—No, son conocidos, y fue Martín quien me indujo a llamarlo, pero yo lo conocía por su capacidad profesional y lo hubiera contratado de todas maneras.
—¿Cuándo terminó con Martín y cuándo comenzó a salir con Alejandro?
—Me separé en septiembre y en diciembre empecé con Alejandro. Pero él no tuvo nada que ver con mi ruptura con Martín, nuestro problema ya venía de antes...
—¿Cómo nació el amor entre ustedes?
—Estábamos hablando por temas laborales y se dio de “sopetón”. Fue algo imprevisto que nos sorprendió. Además de ser mi abogado, Alejandro también era mi confidente en muchas cosas personales, y contándonos nuestras historias, nos encontramos.
—¿Está enamorada?
—Yo soy muy sentimental, pero en esta etapa de mi vida pienso mucho las cosas y me cuesta abrirme.
